Se hace tarde, ya son más de las 12 y no todo está listo, se hace tarde y necesito ir a misa... Necesito fundirme en rezos monótonos, letanías que de niña aprendí de memoria para que vuelva a mi el "comportarme correctamente como una señorita", para que vuelvan las memorias de los vestidos en domingo, los paseos en familia, ese futuro que me enseñaron a añorar y que cada día se ve más lejano. Se hace tarde y debo ir a misa, a cantar cantos repetitivos donde se alaba, ruega, pide y culpa a un tal Señor en los cielos, para creer que aquellos que somos terrenales, etéreos y terrestres no tenemos tanta culpa y nuestras decisiones no tienen tanto peso. Voy en busca de refugio porque el viento parece soplar fuerte y tumbar muros que yo creía firmes...
Y no, no es porque ahí espere curarme, ni encontrar la iluminación divina tan ansiada, es simplemente para verme reflejada en aquellos rostros esperanzados, a veces desolados, a veces iluminados... Es para no sentirme tan sola en este mundo de soñadores incongruentes, para sentir por un ratito que ellos también creen en algo incomprobable, imposible de explicar aunque nuestros credos no sean los mismos. Para lavar por unos segundos mi culpa de reaccionar al roce de unas manos, al calor de una respiración, para sentirme purificada por sentir y estar viva y dejarme de culpar porque no sigo aquello que me enseñaron a ser...
Se hace tarde...
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