Pongamos que estoy pensando en tu boca, suave y decidida, exploradora de horizontes inesperados fuera del mapa de viajero, en la sensación de tu barba con el roce de mi cuerpo, en tus besos asfixiantes que te transportan al vaivén de una música lenta. Pongamos que estoy pensando en tu cadera que entona acompasada de adagio a allegro a la menor provocación, en tus rodillas que ni contar la de memorias que registraron sobre el paso de mi cuerpo. Pongamos que estoy pensando en caras, gestos, sabores, olores y sudores, en esas crónicas de navegación con la esperanza latente de reescribir nuevas, redescubrir lugares, reinventar escenas... Pongamos que no duermo, que insomne te pienso y te imagino como promesa de mis ayeres, como esperanza futura... Pongamos que esta noche insomne no hago sino pensar en ti...
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