domingo, marzo 15, 2009

Rescatando viejas heridas


Este texto lo escribi para mi ex novio, despues de una de las tantas veces que volvimos. Fue hecho lleno de amor y esperanza en un futuro juntos, por supuesto no tuvo el resultado deseado,cuando le pregunté que opinaba me dijo que prefería no hablar de él xq no le gustaba pensar que mi felicidad dependia de él, como si de verdad pudiera hacer conmigo lo que quisiera. Los hombres nunca entienden al 100% lo que una quiere decir. En fin.....

Imagina mi amor que soy tu muñeca… Olvídate por solo un segundo de quien soy, de la casualidad por la que nos conocimos, de todo lo que hemos vivido juntos. Olvídalo por un segundo… Ahora imagina que soy tu muñeca… Se que “los niños no juegan con muñecas”, pero imagina por un segundo que si. Deja atrás los perjuicios de este mundo por un ratito.



Comienza a imaginar, déjate llevar… ¿De que material estoy hecha? ¿Soy acaso de plástico como una Barbie, con curvas perfectas y “vida perfecta”? ¿Soy acaso una muñequita de porcelana, que aunque hermosa y con muchas cualidades y virtudes es mejor que permanezca en un aparador, fría y distante? ¿O soy acaso una muñequita de trapo, que aunque imperfecta, con el cuerpo no muy bien definido, ojos de botones y cabello de estambre; puedes llevar a todos lados sin miedo a que se dañe?

¿Cómo es mi cara, mi ropa, mi cuerpo, mi olor? Ahora dame una personalidad, si tú quieres que no se parezca del todo a lo que conoces de mí. Selecciona mis virtudes y escoge tus favoritas, pónselas a ella. También escoge algunos defectos, los más difíciles talvez pero que perdonarás porque soy tu muñeca. Ya que me tienes en la mente, no como me conoces sino como tu muñeca, dime amor mío, ¿qué lugar ocupo en tu corazón? ¿Soy acaso una muñeca más de todas las que posees? O aunque es verdad que posees muchas ¿soy muy especial sobre ellas? ¿O soy acaso la única en el mundo para ti?



Siendo tu muñeca, sabes bien que puedes hacer lo que quieras conmigo. Puedes amarme, jugar conmigo porque estás aburrido o puedes también cuando te hayas cansado aventarme por ahí. Sabes también mi historia, como día a día desde mí pequeña cajita de cristal soñaba con el feliz día en que llegarías, en el que tú serías mi todo, me cuidarías y me arroparías como nadie lo había hecho jamás.

Los días, los meses y los años pasaban llevando y trayendo mucha gente con ellos. Había quienes me miraban, algunos hasta me sostenían entre sus brazos pero ninguno me llevaba a casa. Todos me dejaban caer, algunos decían que yo era extraña, otros más que no era suficiente y los más crueles decían que era fea. Con cada rechazo mi corazón se nublaba más y más, ¿porque nadie quería tomarme entre sus brazos y llevarme a casa con ellos? Estaba sola y polvosa, el mundo entero parecía haberse olvidado de mi, ya nadie me miraba siquiera. Entonces un día cuando menos lo esperaba entraste, tus ojos miraron a todos lados como analizándolo todo hasta que finalmente se quedaron en mi.



Todo mi cuerpo tembló… ¿Era a mí? No podía creerlo pero tuve que convencerme cuando me tomaste entre tus brazos y me abrazaste. Me sacudiste el polvo del cuerpo y también el polvo del corazón día a día, entre tus brazos no tenía más que temer. Pasaba el tiempo y me seguía pareciendo increíble como tu tan maravilloso podrías amar a una simple muñequita como yo. Fuiste tú el primero y único que al mirarme vio más allá, en arroparme entre sus brazos y en besarme también. Cuando te contaba de mi vida pasada calmabas mis tristezas diciéndome al oído:”no llores muñequita, era solo que tu eras para mi y no podías ser para nadie más”



Jugábamos juntos e íbamos juntos a todos lados, donde fuera; éramos solo tú y yo, no más en el mundo.

Hace poco jugábamos y me rompí, todo pasó tan rápido… Como muñeca también tengo defectos y uno de ellos era mi carácter. Lloré mucho, decía que jamás volvería a ser la misma y que nunca me recuperaría; y lo peor de todo fue que ni siquiera noté que estabas ahí conmigo y que me habías tratado de reparar lo mejor que pudiste.



Creo que eso fue lo que más te lastimó de mis acciones, o talvez fue una de las tantas veces en las que te dije que ya no quería jugar más contigo porque no me cuidabas bien. Lo cierto es que te herí y te alejaste poco a poco. Un día dijiste que ya no querías estar más conmigo. Que ya no me querías y era mejor que buscara alguien más. Me dolió mucho y fue ahí cuando comprendí mi error, pero si ya no me querías nada más podía hacer.

Vagué por ahí en busca de un nuevo niño que jugara conmigo, pero no encontré a nadie, no porque no lo hubiera sino porque nadie era tan especial como tú. Finalicé mi búsqueda, resignada a la soledad. Traté de buscarte para ver si eras feliz con la decisión que habías tomado y cuando te hallé me contaste de ella, tu nueva muñeca. Dijiste que probablemente ella podía darte lo que yo no. Que por lo pronto ella te hacía feliz.



Pasé noches enteras llorando, me maldije y maldije haberte perdido por algo tan insignificante. Me llenaba de celos imaginar que jugabas con otra, que ella podía estar ahí contigo en tus momentos más tristes, que a ella le contarías tus secretos en el lugar que alguna vez yo ocupé. Dejé de moverme, de hablar, de parecer graciosa para el mundo pero aun así había quien se acercaba a mí en busca de compañía. Pero yo no quería más que a ti… Si yo pudiera describirte mejor la terrible agonía de aquellos días…

Todavía no se porque volviste aquel día y hasta la fecha no has respondido. Rompiste con todo, me tomaste entre tus brazos y me amaste otra vez.



No quisiera seguir contándote una historia que ya conoces… Prefiero aprovechar este escrito y confesarte algunos secretos. Se por lo que estás pasando mi dulce niño, creces más y más cada día y como dicen: “crecer duele”. A veces creces tanto que temo perderte pero siempre estás ahí para calamar mis ansias y recordarme que me prometiste que siempre estarías conmigo.



Necesito que sepas que yo estoy aquí, contigo, tu muñeca, la que sabe todos tus secretos, la que te ama con todas las fuerzas de su corazón. Quiero que comprendas amor mío que para una muñeca no hay más amor que su primer niño, a nadie darle el corazón porque es tuyo y por siempre lo será; así que si algún día ya no me quieres por favor no trates de convencerme de lo contrario. El corazón de una muñeca puede ser muy torpe y no puede amar a nadie más.

También quiero que sepas que tengo fe en el futuro, fe en que aunque estés grande no me dejes para buscar otro tipo de juguetes. No importa por lo que pasemos, yo siempre estaré ahí a tu lado y jamás me iré. No temas en lastimarme, durante el tiempo que no estuviste aprendí a reparar mi propio corazón. Me he hecho un corazón fuerte que lo resiste todo… Mejor dicho, casi todo. Tendrás que perdonarme pero por más que traté no pude encontrar un material lo suficientemente resistente que haga que no se rompa en mil pedazos si te vas.



Soy tuya y de nadie más corazón. Una loca muñeca que cada día que pasa te ama más y más sin saber porque y que vendería lo que fuera necesario; el alma misma por pasar toda la vida entre tus brazos. Se que puedo parecerte desesperante porque no soy de las muñecas diseñadas para hablar y decir frases tiernas cada que les aprietas la mano. Me costó mucho aprender a hablarte, aun ahora cada palabra que sale de mis labios está forjada con miedo y dolor, pero todo lo que tengo y aun lo que no lo doy por ti.

Solo un poquito de amor sincero me basta, no importa si es mucho o poquito mientras venga desde el fondo de tu corazón. Me he propuesto luchar cada día por hacerte feliz, por arrancar una sonrisa de tus labios. Soy tu muñeca, la misma de siempre talvez pero también la que nunca ha dejado ni dejará de amarte con todas sus fuerzas. Puedes hacer lo que quieras conmigo, lo que tú desees, así que dime mi amor ¿a que jugaremos hoy?

No hay comentarios: